Situado cerca de la frontera con Escocia, Bamburgh es uno de los municipios más impresionantes de toda Inglaterra.
En Inglaterra hay multitud de lugares que son auténticas maravillas históricas. Paisajes impresionantes para perderse entre castillos medievales, inmensos entornos repletos de vida y costas escarpadas o playas enormes. Además, también hay muchos pueblos pequeños que son tan dignos de visita como las grandes capitales.
Uno de ellos es el de Bamburgh, situado al norte de Inglaterra, esta localidad de poco más de 400 habitantes es una de las visitas obligadas si se viaja a esa zona del país, y no solo debido a que el municipio sea uno de los más impresionantes de toda Gran Bretaña, sino porque en él se encuentra uno de los castillos más espectaculares de toda Europa.
Un castillo con historia
Situado a orillas del Mar del Norte, el Castillo de Bamburgh fue erigido en el siglo VI por los britanos que ocupaban la zona por aquel entonces. La primera mención que se hace de la fortaleza data del 547, cuando el fortín fue tomado por los anglosajones.
En ese entonces se convirtió en el centro del reino de Northumbia (actualmente condado), pero tras muchas décadas sometido a ataques vikingos, en el 993 fue destruido por los pueblos escandinavos, que aniquilaron a la población de Bamburgh.
Un siglo después, los normandos, capitaneados por el futuro Guillermo I de Inglaterra, se asentaron en esta zona gracias a su proximidad con la frontera escocesa, y construyeron la torre que domina el actual castillo. Desde entonces, la fortaleza sirvió como residencia real y como cárcel para los enemigos de la Corona, hasta que llegó otra contienda.
Entre 1455 y 1487, durante la Guerra de las Rosas, el castillo fue la residencia del rey Enrique VI, pero las cruentas batallas hicieron de esta fortaleza la primera en ser derruida mediante armas de fuego, como los cañones.
En el siglo XVIII el fortín comenzó a ser reconstruido. No obstante, hubo que esperar hasta principios del siglo XX para que finalizaran las tareas gracias a la fortuna de la actual familia Armstrong.
El impresionante interior
Si los visitantes quedan maravillados con su entorno y su espectacular arquitectura, aquellos que ingresen al castillo no se sentirán defraudados.
Dentro de sus muros de piedra hay habitaciones tan impresionantes como salas de exposiciones, la librería o el impresionante pasillo victoriano del rey.
Además quienes ingresen, podrán recorrer dos museos: el Armstrong y el de la aviación. Allí se exponen reliquias e inventos pertenecientes al miembro de la familia que compró el castillo y ordenó su reconstrucción.