En la temporada más fría, la provincia de Mendoza es sinónimo de paisajes increíbles, gastronomía con ingredientes locales, pueblos de ensueño para descansar y el misterio de las montañas nevadas. Junto a Resto del Mundo te mostramos todo lo que la capital mundial del vino tiene para ofrecerle al #teaminvierno.
Mendoza es increíble todo el año. En cualquier estación es posible practicar deportes tanto en la montaña como en sus ríos zigzagueantes. También se puede disfrutar del mejor enoturismo, admirar sus bellos paisajes y encontrar paz en sus parajes tranquilos. Sin embargo, el invierno tiene algo especial y te invitamos a descubrir qué es.
Tierra de vinos, y autos también
El vino argentino nace en la Antigua Bodega Giol, que fue declarada en 1910 como la más grande del mundo. Ubicada en Maipú, muy cerca de la capital, se fundó en 1896 pero hoy está cerrada definitivamente. Sin embargo, sus instalaciones están tan bien conservadas que al visitarlas se vive una experiencia atemporal. Allí se puede apreciar el tonel de vino más grande del mundo, con 80 mil litros de capacidad. Confeccionado en roble francés y apliques tallados en bronce, se utilizó por última vez en 1988 y luego se convirtió en
patrimonio provincial.
En este mismo edificio, los hermanos Pato y Leo hicieron realidad su sueño: instalaron Autiq Cars, un proyecto que combina el patrimonio edilicio y su pasión por los
autos deportivos de colección. Actualmente hay unos 50 autos, todos ellos en exhibición porque son obras de artes pero funcionando porque también salen a la ruta. Entre las joyitas se destaca el Torino, cuya historia emociona a locales y extranjeros.
Luego de este imperdible viaje en el tiempo, haciendo un desvío de increíble Ruta 40 rumbo al centro de ski Las Leñas, se encuentra Casa Petrini. Un complejo ideal para familias o parejas viajeras que buscan confort y calidad en un entorno natural. Durante la estadía podés aprender sobre vinos en su bodega propia, degustar platos gourmet elaborados con materia prima de la zona y relajarte en el spa.
Como salido de un cuento
Ya muy cerca de Las Leñas, se esconde entre las montañas un pueblito que recuerda a Suiza. Se trata del Valle de los Molles, una parada obligada a solo 15 minutos de Las
Leñas, ideal para descansar. Este sitio mágico e inhóspito ofrece turismo termal y una gastronomía increíble.
Allí se destaca la carta de La Valtellina, un restaurante que en 2003 trajo a nuestro país los sabores de la región italiana homónima. Sergio, su dueño, eligió el Valle de Los Molles por la similitud geográfica y climática con el pueblo donde vivió y trabajó tantos años. El chef recomienda las empanadas de chivito con un poquito de picante, bistec a la Fiorentina servido en una vasija con tapa cónica para retener el calor. La carta es exquisita y el ambiente es cálido y familiar. Además, La Valtellina tiene cabañas de alta montaña en alquiler y una casa de té con pastelería y bebidas de autor.
Nieve por doquier
Ya en la atura de la provincia de Mendoza y con las cumbres nevadas de fondo, disfrutar es sencillo sobre todo para el #teaminvierno. Las Leñas es una ciudad en la montaña, todo lo que necesitás está ahí. Entre sus variadas propuestas encontramos un complejo de glamping con actividades acuáticas, ski nocturno y un parque aventura para disfrutar en familia. Durante la estadía se recomienda subir a la aerosilla más alta del centro para disfrutar de la vista increíble y ananotarse en algunas clases de ski para prender desde cero o perfeccionar la técnica junto aun instructor. Para principiantes hay una pista llamada Venus, de 20 metros con la misma pendiente que las veredas de la ciudad, una de las pocas que existen.
En Las Leñas, la calidad de la nieve importa. Al esquiar la nieve baja, por eso el mantenimiento periódico consiste en subirla nuevamente con maquinaria especial. De la
misma manera, todos los medios de elevación son completamente seguros porque se les realiza un mantenimiento anual al final de cada temporada. Las Leñas es un centro de ski que cuida mucho tanto la nieve como la infraestructura porque tiene pistas para deportistas profesionales y turistas exigentes de todo el mundo.
Para cortar la jornada, el almuerzo obligado es en La Rita, que desde 2014 elabora pastas caseras y sus propios panificados artesanales. Y si de alojamiento se trata, el Hotel Piscis está en medio de las montañas y tan cerquita de la pista de ski que se puede llegar esquiando. Además, tiene pileta climatizada con salida a la nieve para disfrutar de la vista increíble sumergido en agua caliente cuando afuera promedian los -5°C.
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El parque de la ciudad – Provincia de Mendoza
Ya de vuelta en la zona urbana, la parada obligada también en invierno es el parque San Martín, que surgió después de un terremoto en 1861. Lo diseñó el arquitecto Carlos Tays, el mismo que ideó los bosques de Palermo combinando la tradición inglesa y francesa propias de la jardinería del siglo XIX. El parque ostenta un patrimonio forestal de más de 300
especies de América del Norte, Asia, Europa y Australia, al cual se accede por unos monumentales portones traídos Escocia en 1907.
Detrás de los portones se encuentran las reproducciones de “Los caballitos de Marly”, cuyos originales están en la plaza de la Concordia de París. Allí también se puede visitar La Fuente de los Continentes, el zoológico, El Monumento del Cerro de la Gloria en homenaje al Ejército de Los Andes y el Estadio Malvinas Argentinas. Pero el imperdible de este parque urbano es el lago artificial de mil metros de largo por cien de ancho, con una isla, pérgolas y jardines, que antes tenía un sector de playa y era el escenario para paseos en góndola al mejor estilo veneciano.