Liubliana, la poco conocida capital de Eslovenia, cumple a la perfección con su rol de ciudad puente en la que alojarse por un día para viajeros desde países limítrofes: Italia, Croacia, Hungría y Austria. Pero además, contiene esa magia propia de las ciudades europeas: un encanto único con una increíble arquitectura e impresionantes paisajes.
Antes realizar un viaje extenso por el Viejo Continente la planificación es fundamental para evitar problemas inesperados que nos hagan perder tiempo y dinero durante nuestras vacaciones. Algunas de las decisiones más importantes a tomar son: cuánto queremos gastar; qué destinos queremos visitar; cuáles serán los medios de transporte elegidos para movernos entre ciudades; cuántos días pasaremos en cada lugar; si viajaremos con equipaje despachado o carry on; por qué destino comenzaremos el viaje y en cuál lo finalizaremos.
Si el viaje se realiza con equipaje despachado, la opción de moverse internamente con avión se encarece mucho porque deberemos pagar un monto extra significativo por él. Además, los aeropuertos suelen estar alejados del centro de las ciudades europeas y eso implica sumar tiempo y gastos de movilidad al viaje que las estaciones de autobús y tren, habitualmente más céntricas, no suelen traer aparejados. Por eso, si se decide priorizar la movilidad terrestre, las ciudades puente entre los principales destinos son una buena opción para no perder días viajando.
La mejor manera de llegar a la capital eslovena parece ser en un autobús, aunque el tren también es una buena opción si se viaja desde ciudades con conectividad diaria, como es el caso de Zagreb, Croacia. El horario de arribo no es un problema, si bien no es una ciudad con una gran vida nocturna y de noche las calles estarán semi vacías a excepción de algunos automovilistas y taxis, es muy segura.
Dónde alojarse en Liubliana
El mejor lugar para hospedarse son las inmediaciones de la Plaza de la República, que se encuentra prácticamente en el medio de dos de las principales atracciones de la ciudad: el Parque Tivoli y el Castillo de Liubliana.
Cómo moverse por la ciudad
Debido a su pequeño tamaño, la ciudad es muy amigable para conocerla de a pie, a menos que se decida ir de shopping a los centros comerciales ubicados en los límites de la ciudad o hacer alguna actividad por fuera de lo habitual. En el caso que se deba usar el transporte público, es necesario comprar la tarjeta Urbana, que cumple exactamente la misma función que la tarjeta SUBE en Argentina. Actualmente cuesta 3 euros y los boletos de 90 minutos de duración por la zona 1, sin límite de trasbordos, 1,30 euros.
Se puede obtener y cargar en las máquinas ubicadas en algunas paradas de colectivo, sin embargo, no tienen una experiencia de usuario muy amigable, por lo que si se maneja con el inglés puede intentar pedir ayuda a un local. También se consigue en kioscos, puestos de diario, estaciones de servicio, la estación de autobús, en algunos locales de las tiendas Mercator y Spar y en los centros de información turística, entre otros sitios.
Qué hacer en un día en Liubliana
Estos son algunas de las atracciones que no deberías dejar visitar en un día en la capital eslovena:
Ópera: Si se puede sacar una entrada para ver un espectáculo sería lo ideal, sino también es muy bonita arquitectónicamente como para disfrutar su exterior.
Mercado Central: Consta de un mercado al aire libre, un mercado cubierto y una serie de pequeñas tiendas de alimentos. En ellos podrás encontrar de todo: frutas y verduras locales, flores, plantas, pescados, carne, pan, postres y quesos, entre otras cosas. Todos los viernes desde mediados de marzo hasta finales de octubre, el espacio al aire libre alberga un mercado de comida donde los chefs de los restaurantes eslovenos preparan varios platos de todo el mundo. Se suspende por lluvia.
Parque Tivoli: Hermoso pulmón verde de 5km2 con muchas actividades por realizar. Hay canchas públicas de básquet, de tenis, de fútbol, un polideportivo, juegos infantiles, cafés, restaurantes, un zoológico, un jardín botánico, monumentos, estatuas y hasta un centro de saltos de esquí.
Es un gran lugar para realizar una merienda al aire libre y uno de los mejores spots para llevarla a cabo es en los bancos frente a la Mansión Tivoli, el edificio más antiguo y bello del parque.
Recorrido histórico
Catedral de San Nicolás: Edificio histórico y emblemático de la ciudad que fue construido originalmente en 1262 bajo un estilo de iglesia románica de tres naves y reconstruida en diversas ocasiones hasta llegar a su estado actual, con capillas laterales en forma de cruz latina y una cúpula verde. En su interior se pueden visualizar muy bellas obras de arte barroco.
Castillo: Esta construcción medieval ubicada sobre una colina tal vez sea la principal atracción turística, ya que, debido a su ubicación, se pueden obtener buenas vistas panorámicas de toda la ciudad. Si no se quiere ingresar, se puede llegar a sus inmediaciones a pie de manera gratuita. En cambio, si se desea acceder, se debe comprar la entrada con el funicular ida y vuelta incluida, cuyo precio para adultos es de 16 euros (20 euros con audioguía).
Metelkova Mesto: Centro social y cultural autónomo en el centro de la ciudad. Anteriormente, fue el cuartel general militar del Ejército del Imperio Austro-Húngaro, luego se convirtió en el cuartel general esloveno del Ejército Nacional Yugoslavo. Consta de siete edificios. También se lo conoce como el Christiania esloveno, por el paralelismo con la ciudad autogobernada de Copenhague, Dinamarca. Debido al libertinaje en la zona, no recomendamos moverse sólos ni filmar/sacar fotos a las personas del lugar.
Plaza del Congreso: Es una plaza bastante común, sobre todo si la comparamos con otras bellísimas que hay en Europa, pero su fuerte, además de los acontecimientos históricos que allí ocurrieron, se encuentra en la vista directa que tiene al castillo de la ciudad, ubicado en lo alto de una colina.
Por los puentes de esta ciudad
Puente de los Dragones: Lugar emblemático de la ciudad debido a las cuatro estatuas de dragones que lo decoran en cada uno de sus extremos y lo convierten en un clásico spot de fotos. El dragón es todo un símbolo de Liubliana, por eso se lo puede ver en distintas partes: en el escudo de la ciudad, en las matrículas de los autos y en las escaleras de la torre del castillo, entre otros sitios.
Puente de los Carniceros: Al igual que el Puente de las Artes en París, este paso peatonal por encima del río Ljubljanica se caracteriza porque las barandas están llenas de candados con nombres de parejas de enamorados. También es el punto desde donde salen los botes turísticos de la ciudad. Hay dos compañías que brindan el servicio: ambas ofrecen un viaje por hora, sus trayectos duran 45 minutos y cuestan 12 euros. Recomendamos hacerlo cerca del atardecer o en la noche para recorrer el canal que cruza Liubliana con sus adyacencias iluminadas.
Puente Triple: Punto neurálgico de la ciudad formado por un grupo de tres puentes que cruzan el río Ljubljanica y conectan la ciudad medieval con la ciudad moderna.
Si te quedaste con ganas de seguir recorriendo este país, podés visitar a el pueblo de Bled. Este lugar, a unos 50 kilómetros de Liubliana, está considerado entre los pueblos más lindos del mundo. Con tan solo unos 5.000 habitantes, este sitio sorprende a todo el que lo visita. El corazón de este pequeño lugar y donde reside toda su magia es en su bello lago situado al pie de los alpes julianos. En medio de sus cristalinas aguas se encuentra la iglesia del pueblo y en lo alto de las rocas se rige un castillo que parece salido de antiguas leyendas.