La duda existencial que sobrevuela por estos días: tenemos la certeza que nuestro país permanecerá con las fronteras cerradas y por ende los traslados al exterior, suspendidos hasta nuevo aviso. Qué hacemos si tenemos un pasaje y no podemos utilizarlo o decidimos que aún pasada la cuarentena obligatoria, no estamos seguros de tomarnos esos días que teníamos pensados para vacacionar.
Si bien cada empresa tiene una política de cambio y cancelación de pasajes y estadías, lo correcto en estos momentos sería utilizar el sentido común. Teniendo en cuenta que la prioridad de las agencias es resolver los casos de los viajes programados para estos días, no sería desacertado evaluar qué alternativas tenemos si nuestro viaje está próximo en el tiempo.
En general prima intentar conservar el viaje y hacerlo más adelante, aunque exista una penalidad o diferencia tarifaria, por una cuestión de conveniencia económica y simplemente por dos razones: por un lado mantener el precio del viaje adquirido; por otra parte, porque en muchos casos las cancelaciones implican un costo adicional.
Económicamente tiene sentido posponer el viaje si tenemos la certeza de poder hacerlo dentro de algunos meses. Reprogramar un viaje hoy significa hacerlo con un tipo de cambio que no sabemos si será el mismo dentro de unos meses. Por otro lado, si cancelás tu viaje y decidís dejar el pasaje abierto a encontrar una buena tarifa es probable que no la consigas fácilmente y tu pasaje abierto vaya perdiendo valor.
Si pedimos la cancelación del vuelo, hay que tener en cuenta que la devolución se hace en pesos y, si la compra se hizo hace algunos meses con un dólar a 40 y antes del impuesto País, lo que se recupere no llegará a compensar de ninguna manera la adquisición de un nuevo pasaje. Algo para tener en cuenta: si compraste tu pasaje en 2019, tené en cuenta que si querés reprogramar, tendrás que pagar el impuesto País.
Lo que muchas empresas están ofreciendo es obtener créditos por el pasaje. Esto sería, una especie de cupón, emitido en la misma moneda y por el mismo valor en que el pasaje fue pagado, para usar en el momento que decidamos realizar el viaje.
Si la opción sigue siendo la cancelación y pretendemos la devolución del dinero, el consejo es armarse de paciencia, porque en algunos casos la vuelta del dinero a nuestras cuentas puede llegar a tardar semanas, incluso meses. Si la tarifa que elegiste es de las más económicas y no aceptan cambio o reembolso, deberás esperar a que el vuelo sea cancelado para que no te cobren penalidad.
Si nuestro viaje efectivamente está cancelado, y la decisión de una nueva fecha está tomada, la mejor opción sería en este caso reprogramar por medio de los sitios webs o las agencias y chequear que no se cobre una excesiva diferencia tarifaria, que podría implicar desembolsar una suma tan elevada como el pasaje que se compró.