Semana Santa resulta ser una fecha sumamente enriquecedora para poder viajar. En muchos casos, turistas aprovechan el fin de semana largo para disfrutar, sin darle demasiada atención a la historia en el cual se enmarcan estas celebraciones.
Hay centenares de ciudades que tienen un marcado arraigo religioso. La Semana Santa es la conmemoración cristiana anual de la Pasión de Cristo, es decir, de la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
Es la sexta y última semana de Cuaresma desde el Domingo de Ramos hasta el atardecer del Jueves Santo, entre el atardecer del Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua, denominado Triduo Pascual.
Ese es el contexto por el cual distintos destinos cuentan con días de ceremonias religiosas, que terminan resultando un verdadero atractivo turístico. En tanto, hay otros lugares donde miles de turistas llegan por sus peculiares actividades donde hay decoraciones o se venden huevos de pascua.
Al respecto, una recopilación de los destinos más imperdibles para visitar, al menos, una vez como turista:
El Vaticano
Sin dudas que el Vaticano es un sitio obligado para los creyentes. Hay una nutrida agenda con actividades que encabeza el Papa Francisco y que organiza la Santa Sede.
En primer lugar, se celebra la misa del Domingo de Ramos, que marca la entrada en la Semana Santa. En esa ocasión, el Papa reza el Ángelus en la Basílica de San Pedro.
A su vez, se lleva a cabo el Triduo Pascual del 1 de abril en la Santa Misa Crismal. Al día siguiente, el Pontífice preside el Vía Crucis en la Plaza de San Pedro.
Por su parte, se realiza la Vigilia Pascual del Sábado Santo y el Domingo de Pascua el Santo Padre preside la Santa Misa de la Resurrección del Señor, y a su finalización, imparte la Bendición Urbi et Orbi desde el interior de la Basílica Vaticana El 5 de abril, conocido como el ‘Lunes del Ángel’, el Pontífice realiza al mediodía la oración del Regina Coeli desde la Biblioteca del Palacio Apostólico.
Franconia, Alemania
La tradición de decorar las fuentes con huevos de Pascua no comenzó hasta principios del siglo XX y se originó en la Suiza franca de Baviera. Se cree que la pintoresca región quería atraer a los turistas con ella. Biberbach, en Franconia, cuenta con una de las fuentes de Pascua más grandes de Alemania.
También en Alemania, para muchas familias es una tradición pintar de colores los huevos soplados para un ramillete de Pascua. Los sorbios de la Baja Lusacia, en Brandeburgo, son famosos por su arte de decorar bellamente los huevos con cera. Puede saber más sobre la minoría eslava y sus costumbres en el Museo Spreewald de Lübbenau.
Iztapalapa, México
Esta tradición religiosa surgió en un epidemia de cólera en el año 1833, transmitida a través de agua, que dejó un saldo de 14,000 muertos, por lo que, los iztapalapeños acudieron al santuario del Señor de la Cuevita para pedirle que acabara con el brote de la enfermedad.
Poco tiempo después, la infección dejó de propagarse y los habitantes de la zona, en señal de agradecimiento, empezaron a realizar misas anuales, hasta que en 1843 montaron una escenificación de la muerte y de la resurrección de Jesús durante los días de semana santa y desde ese momento no se ha dejado de montar.
Cabe recordar que en 2009, cuando en México estaba el brote de influenza AH1N1, no se suspendió la representación religiosa y en 2012, el entonces jefe de gobernación del Distrito Federal y hoy secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, declaró Patrimonio Cultural del Distrito Federal a la escenificación.
Este año, la Pasión de Cristo de Iztapalapa se llevó a cabo en el Santuario de la Cuevita.
La cobertura especial abarcó la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, es decir, jueves y viernes santo; sábado de gloria y domingo de resurrección (4 de abril).
La Paz, Bolivia
Los días que conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo son especialmente valiosos para los bolivianos. Los feligreses consideran que es un tiempo de reflexión y cambio, y justo por eso sus costumbres resaltan los valores que Jesús predicó.
Se realizan distintas procesiones con distintas hermandades, como ocurrió este año con “Paso del Calvario” en la iglesia católica La Merced en La Paz.
Los párrocos y agentes pastorales debieron hacer cumplir las medidas de bioseguridad como admitir un máximo del 30% de aforo en el templo, el uso debido del barbijo, pediluvio o lavado de zapatos, desinfectantes, distanciamiento social, para así evitar la propagación por la COVID-19.
Algunas de las costumbres más populares de los bolivianos en la Semana Mayor son abstenerse de consumir carne de res y aves, en especial durante el Viernes Santo, pero por el contrario el pescado y los mariscos tienden a popularizarse entre las familias, quienes suelen visitar los templos. También hacen ayuno voluntario el Viernes Santo como gesto de purificación tanto de cuerpo como del alma; y luego del tiempo de ayuno viene una de las tradiciones más antiguas para estos días: comer doce platos, costumbre relacionada a los doce discípulos que tenía Jesús.
Florencia, Italia
Entre las celebraciones de Semana Santa más características del centro de Italia se encuentra el Scoppio del Carro (Explosión del Carro) en Florencia, magnífica capital de Toscana además de patrimonio Unesco desde 1982.
Se trata de una celebración que se remonta a los tiempos de la primera cruzada, llevada a cabo para liberar el Santo Sepulcro de las manos infieles.
Según la tradición, al cruzado florentino que subió en primer lugar a la muralla de Jerusalén, le fueron donadas tres lascas del Santo Sepulcro, hoy conservadas en la Iglesia de los Santo Apóstoles.
De esta ceremonia deriva la costumbre pascual de los florentinos de dirigirse a la catedral y encender un cirio de Fuego Santo –encendido a su vez con las chispas obtenidas de la fricción de las tres lascas- para posteriormente partir en procesión por la ciudad llevando el Fuego Santo a cada casa.
De qué consta el actual ritual
Con el paso del tiempo el desarrollo de esta celebración se estructuró cada vez más hasta que se introdujo el transporte del Fuego Santo en una carroza con carbones ardientes. En torno al siglo XIV se usaron los fuegos artificiales en el Scoppio del carro.
Una carroza es transportada por bueyes blancos desde la Plazoleta del Prado hasta la Iglesia de los Santísimos Apóstoles de Florencia y una “paloma” (representada por un cohete semejante a un pichón blanco), enciende los fuegos artificiales contenidos en la carroza.
Se tensa una cuerda que parte del coro de la iglesia y llega hasta la carroza a lo largo de la cual se desliza la “paloma”; una vez prendidos los fuegos artificiales, la paloma debe volver al Altar Mayor desde donde ha partido, haciendo todo el recorrido en sentido contrario.
La tradición dice que si el encendido resulta perfecto y la “paloma” vuelve hasta el altar sin dificultad a Florencia le espera un año positivo; de hecho esta fiesta ha atraído desde siempre una gran multitud de turistas, habitantes y, sobretodo, un gran número de campesinos que esperan los auspicios de buenas cosechas. La última vez que “la vuelta” no llegó a buen fin fue en 1996, precisamente el año de la inundación.
Finlandia
Los niños de Finlandia se disfrazan de brujas para Semana Santa. Andan por las calles a pedir huevos de chocolate con rostros maquillados y pañuelos en la cabeza, llevando ramos de sauce decorados con plumas. En épocas de pandemia, se propone una excepción a la búsqueda de huevos, pero se insta a que circulen con distancia social para exhibir de sus atuendos de todos modos.
En algunas partes del oeste de Finlandia, la gente enciende hogueras el domingo de Pascua, una tradición nórdica que se deriva de la creencia de que las llamas ahuyentan a las brujas que vuelan en escobas entre el Viernes Santo y el Domingo de Pascua.
Haux, Francia
En esta ciudad francesa se sirve una tortilla gigante en la plaza principal de la ciudad. Utiliza más de 15.000 huevos y alimenta hasta 1.000 personas. Cuenta la historia que cuando Napoleón y su ejército viajaban por el sur de Francia, se detuvieron en un pequeño pueblo y comieron tortillas. A Napoleón le gustó tanto la suya que ordenó a la gente del pueblo que juntaran sus huevos y prepararan una gigante para su ejército al día siguiente.