Se trata de Tabarca, una isla de playas cristalinas, rica historia y deliciosa gastronomía. Un verdadero paraíso mediterráneo.
Tabarca, la isla habitada más pequeña de España
Tabarca, la isla habitada más pequeña de España, es un auténtico tesoro mediterráneo. Situada a tan solo 22 kilómetros de Alicante, esta diminuta isla de 1.800 metros de largo y 400 metros de ancho, es un destino que combina historia, belleza natural y una oferta gastronómica que deleita a sus visitantes.
El primer atractivo de Tabarca es, sin duda, su entorno natural. Sus aguas cristalinas y playas de arena fina la convierten en un paraíso para los amantes del mar. De hecho, la isla fue declarada Reserva Marina, lo que no solo garantiza la protección de su flora y fauna marina, sino que además la convierte en un lugar ideal para el buceo y el snorkel, ya que se pueden observar diversas especies marinas en su hábitat natural.
Qué ver en Tabarca en solo un día
Iglesia de San Pedro y San Pablo
Pero Tabarca no es solo mar y sol. Su historia es rica y fascinante. Sucede que la isla fue fortificada en el siglo XVIII para protegerse de los piratas berberiscos y aún hoy se pueden ver los restos de esas fortificaciones.
Antes de llegar a la isla, desde el mar, lo primero que se divisan son las grandes murallas y la iglesia de San Pedro y San Pablo, que, de inspiración barroca, fue construida en 1779 y cuenta con dos torres cuadradas que hacen de campanario.
Las murallas albergan tres entradas que dan acceso a las pintorescas calles del pueblo: la Puerta de San Rafael, frente al hermoso puerto donde atracan pequeños barcos pesqueros; la Puerta de San Gabriel, en cuyos alrededores se han encontrado necrópolis y restos de la época romana; y la Puerta de San Miguel.
Playa de Tabarca
Dentro del pueblo, el entramado de las callejuelas ofrece al visitante un paseo perfecto donde disfrutar de los comercios de la zona y de la ya mencionada iglesia. A ella se le suma la Casa del Gobernador, hoy convertida en hotel, las Cuevas de Llop Marí, y el museo de Nueva Tabarca.
Además de su belleza natural y su patrimonio histórico, Tabarca también destaca por su gastronomía. Los restaurantes de la isla son famosos por sus platos de pescado fresco y mariscos. El caldero, un guiso típico de pescado, es uno de los platos estrella que todos los visitantes deben probar.
Cómo llegar
Una verdadera joya del Mediterráneo
El punto más cercano a Tabarca es Santa Pola, desde donde salen embarcaciones que en tan solo 25 minutos alcanzan la isla. El precio de este transporte es de 10 euros ida/vuelta, pero también se puede acceder a ella desde Alicante y Benidorm.