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Hotel de hielo: una experiencia congelada única en el mundo

Hotel de hielo: una experiencia congelada única en el mundo

Hotel de hielo

Ubicado en la región de Quebec, Canadá, el hotel de hielo es una obra maestra arquitectónica que atrae a viajeros audaces de todo el mundo.

Una experiencia única en el mundo

Es sabido que hay una amplia variedad de hoteles en el mundo entero; cada uno diseñado para satisfacer diferentes necesidades y preferencias de los viajeros. Sin embargo, hay uno en particular que desafía los límites de la imaginación. Se trata del Hôtel de Glace, el único hotel de hielo de América.

Ubicado en las gélidas tierras de Quebec, el hotel de hielo es una obra maestra arquitectónica que atrae a viajeros audaces de todo el mundo. Construido anualmente con toneladas de nieve y hielo del cercano río Saint Lawrence, este hotel efímero se levanta majestuoso y deslumbrante cada invierno.

Quebec, Canadá

Dormir en el hotel de hielo es más que una simple estadía; es una experiencia inolvidable. Los visitantes son recibidos por un mundo de fantasía tallado en hielo, con esculturas que adornan cada rincón: desde dragones hasta paisajes congelados.

Una experiencia inolvidable

El interior de las habitaciones

Las habitaciones, temáticas y esculpidas en hielo ofrecen una experiencia de alojamiento única. Aunque la temperatura interna se mantiene constantemente bajo cero, las gruesas mantas para dormir y el equipamiento térmico proporcionado aseguran una noche confortable y cálida para los valientes huéspedes.

Durante el día, los visitantes pueden explorar las vastas extensiones de nieve que rodean el hotel, participar en actividades como paseos en trineo de perros o simplemente relajarse en el impresionante bar de hielo, donde las bebidas se sirven en vasos tallados en bloques de hielo.

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Sin embargo, esta maravilla helada tiene sus limitaciones temporales. Con la llegada de la primavera, el hotel comienza a derretirse lentamente, y para finales de marzo, se derrite completamente, dejando solo recuerdos congelados en la mente de aquellos que tuvieron la valentía de experimentar su belleza efímera.

 

 

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