Park Güell: la perfecta combinación entre naturaleza y arquitectura

Situado en la ladera de una colina de la zona alta de Barcelona, el Park Güell fue concebido por el arquitecto Antonio Gaudí y el industrial Eusebi Güell para albergar una selecta ciudad jardín para las familias más adineradas de la época. 

La historia del parque comienza a principios del siglo XX con el argumento de que sus habitantes tomaran mayor contacto con la naturaleza. La obra desarrollada por Gaudí se basó en estructuras fundadas en la imitación de las formas de la naturaleza. 

Sin embargo, debido a las circunstancias económicas y al idealismo de sus creadores, esta urbanización fracasó unos años después y forzaron su transformación en un parque público municipal que en 1984 fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Este parque, ubicado en el distrito de Gracia, es uno de los atractivos turísticos más importantes de Barcelona, por lo que se recomienda sacar entradas con antelación. Hay una zona que es de entrada libre y gratuita y está la zona regulada a la que se accede con la compra de la entrada al parque y alberga las mejores atracciones del lugar, entre ellas la gran plaza con unas increíbles panorámicas de la ciudad.  

Algunos datos interesantes:

La vida terrenal y el paraíso

Gaudí y Güell concibieron el Parque como una isla de virtud y relajación en medio del caos urbano. La gran ciudad que quedaba a los pies de la urbanización simbolizaba la vida terrenal, mientras que el parque simbolizaba el paraíso. A fin de marcar claramente la frontera, el arquitecto diseñó una sólida muralla perimetral. 

Casas de cuentos de hadas

De todas las interpretaciones relacionadas con los edificios del Parque, la más plausible es la que los vincula al cuento de Hansel y Gretel. Según algunos autores, el edificio de la administración se inspiraría en la casita de pan y azúcar, mientras que la conserjería, emularía la casa de la bruja. 

La Escalinata

En la entrada al Parque podemos encontrar una majestuosa escalinata. La intención del arquitecto era darle una gran teatralidad a fin de transmitir al visitante que estaba ingresando a un ámbito muy distinto a la ciudad. La figura más importante de esta escalera es un dragón que, según la mitología griega, defendía las fuentes del templo de Delfos. 

El Mercado del Parque

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Sala Hipóstila, donde se llevaba a cabo el mercado del Parque, es un espacio cubierto cuyo techo está sostenido por un bosque de columnas de inspiración helénica. En los techos, Gaudí concibió una alegoría al ciclo de la vida con cuatro soles (estaciones del año) y 14 lunas (ciclos lunares). Además del uso de cerámica en estos dibujos, se utilizaron fragmentos de botellas, platos, tazas e incluso algún muñeco de este material.  

La Gran Plaza

Gaudí diseñó este lugar pensado para que la plaza sea, como en las polis griegas, el espacio de reunión y discusión de los ciudadanos al estilo de las plazas mayores de los pueblos mediterráneos, y para ello se inspiró en el teatro de Delfos. Hoy este lugar mantiene esa finalidad comunitaria, albergando a una gran cantidad y variedad de actos ciudadanos relacionados con la cultura, la política y la sociedad barcelonesa y catalana. El banco serpenteante que la delimita, es una mezcla de arquitectura, escultura, diseño y artesanía, obra de Josep Maria Jujol, colaborador de Gaudí y autor de valiosos revestimientos decorativos del parque. El banco sirve ademas de baranda y mirador hacia la ciudad y el mar. 

Los caminos

 

 

 

 

 

 

 

 

Más allá de los desafíos técnicos de la pendiente, el arquitecto buscó un argumento que diera trascendencia simbólica al trazado de los caminos y recurrió a la fe cristiana, uno de los pilares del catalanismo de la época. Diseñó un recorrido básico muy sinuoso que culminaba en la cima de la colina. Inspirado por la peregrinación (la peregrinación de tres días a Monserrat estaba muy de moda), el arquitecto convirtió a esta ascensión en una suerte de peregrinaje desde el ambiente mundano de la entrada, fronterizo a la ciudad, hasta la elevación de la colina de las Tres Cruces, punto culminante del parque con sus 185 metros de altura. Con una decoración naturalista en las columnas que sostienen los viaductos ascendentes, se pueden observar grandes jardineras de piedra que adoptan la forma de palmeras. Entre las diferentes vías de comunicación, se destaca el camino del rosario, decorado con 54 grandes esferas que simbolizan las cuentas que se emplean para el rezo. 

Las casas

Ante el eminente fracaso comercial, sólo tres casas fueron construidas en el parque. La casa donde vivió Eusebi Güel y hoy funciona como un colegio; la casa muestra (hoy Museo Antonio Gaudí) donde vivió Gaudí; y la casa del abogado Martí Trias que se convirtió en el único cliente de la urbanización y que aún hoy ocupan sus descendientes un siglo después de su construcción.

 

 

 

 

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