Los festivales más extraños y divertidos del mundo

Viajar no siempre es visitar monumentos o museos. A veces, la mejor manera de conocer la esencia de un lugar es sumergirse en sus celebraciones más peculiares, esas que combinan tradición, humor y un toque de locura. Aquí te presentamos algunos de los festivales más extraños y divertidos del planeta.

Los festivales más extraños y divertidos del mundo

En Bunyol, España, cada agosto miles de personas se reúnen para la Tomatina, una batalla campal de tomates que tiñe las calles de rojo. Nació como una pelea improvisada en 1945 y hoy es un evento internacional que atrae a curiosos de todo el mundo.

En Cooper’s Hill, Inglaterra, se celebra la Carrera del Queso Rodante, donde los participantes persiguen una enorme rueda de queso Gloucester colina abajo. Parece sencillo… hasta que ves la pendiente y los inevitables tropiezos.

Si lo tuyo es lo exótico, en Lopburi, Tailandia se organiza el Festival del Banquete para Monos, donde los habitantes preparan una gran mesa llena de frutas y dulces para miles de macacos locales. Es un acto de agradecimiento y una atracción turística muy fotografiada.

En Ivrea, Italia, la Batalla de las Naranjas recuerda una rebelión medieval: dos bandos se enfrentan lanzándose cítricos hasta cubrir las calles de un aroma intenso y pegajoso.

Más extremo aún es el Festival de Holi en India y Nepal, donde la gente se lanza polvos de colores para celebrar la llegada de la primavera. Aunque es más conocido y difundido, la intensidad de la experiencia en su lugar de origen sigue siendo única.

Los festivales más extraños y divertidos del mundo

Los festivales más extraños y divertidos del mundo

Y si hablamos de rarezas, no podemos olvidar el Air Guitar World Championship en Oulu, Finlandia, donde los concursantes simulan tocar la guitarra eléctrica con pasión y creatividad, sin instrumento alguno, frente a un público entusiasta.

Estos festivales, por muy extraños que parezcan, son una ventana a la identidad cultural de cada región. Participar en ellos es vivir la hospitalidad local, reírse de lo absurdo y coleccionar recuerdos que no se encuentran en las guías tradicionales. Si estás buscando tu próximo destino, quizá sea momento de elegirlo no por sus paisajes, sino por la fiesta más loca que puedas encontrar.

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