Decir que es un paraíso no alcanza para describir a la isla de Creta. Es dueña de tesoros arqueológicos milenarios y de las mejores playas del mundo con aguas cristalinas y arena rosada. Junto a Resto del Mundo te invitamos a recorrer sus callecitas llenas de historia y a disfrutar de su gastronomía y hospitalidad.
La mayoría de los turistas que llegan a Grecia se deciden por la popular Santorini o el clima festivo de Mykonos. Sin embargo, habría que considerar a la isla de Creta como un destino turístico en sí mismo por su infraestructura, hospitalidad y cantidad de sitios atractivos.
Paraíso rosa y las playas más limpias
Elafonisi es famosa por sus playas de arena suave y rosada. Hasta allí se llega manejando por un camino de montaña de una mano, atravesando túneles, curvas y pendientes. El color de la arena se debe a la combinación de sus minerales con el coral rojizo. Haciendo contraste, el agua turquesa es tibia y quieta, como una pileta de baja profundidad.
Todo eso la ha convertido en la playa de arena rosa más linda del mundo, según Conde Nast Traveler. Si bien es un oasis natural, tiene todos los servicios, como estacionamiento, restaurantes y baños públicos. Además, en los paradores no ponen música para que puedas disfrutar del sonido de la naturaleza, la tranquilidad y el paisaje.
Si de playas bonitas se trata, hay que mencionar la de Grecotel Creta Palace, que tiene 300 metros de ancho y es una de las más limpias del mundo. Es que el hotel, que fue recientemente premiado por su compromiso ambiental, forma parte de la iniciativa regional Clean Up the Med que implementa jornadas de limpieza de playas, espacios naturales y el fondo marino.
Como alojamiento, se caracteriza por la típica hospitalidad cretense y tiene con piscina, spa, gimnasio al aire libre, y actividades como buceo y deportes de agua. Además, cuenta con una huerta orgánica propia que le provee de materia prima al restaurante del lugar.
La Isla de Creta tiene placeres para todos los gustos
Desde diversión nocturna hasta recorridos de senderismo para los amantes de la naturaleza, pasando por playas increíbles y edificios llenos de historia.Los sabores típicos de Grecia son increíbles, sobre todo en las islas. Sus recetas de influencia turca se completan con yogur y los griegos son grandes anfitriones. No podés dejar de probar sublaki, una brochette de carne de cerdo cuidadosamente asada, con yogurt, tomate, pan pita y papas fritas.
Grecia fue pionera en el arte de la autosatisfacción sexual. En la antigüedad, las mujeres tenían “olisbos”, un elemento de forma fálica cuyo nombre en griego significa “resbalar” o “deslizar”.
Hasta el día de hoy se fabrican en materiales diversos como cuero, madera, cristal, murano y hasta incrustados de piedras preciosas. En Creta se pueden conseguir suvenirs como llaveros, imanes y destapadores para llevar de recuerdo un símbolo del placer y la fertilidad.
Qué ver en Creta
Al noroeste de la isla se encuentra Retimnó, uno de los pueblitos más lindos de Creta. Es el lugar ideal para probar comidas típicas, sacar fotos y comprar regalos. Entre sus principales atractivos está el faro, construido por los venecianos en el siglo XVI durante su período de máximo esplendor.
La mezquita más importante del lugar tiene una historia curiosa: en el periodo veneciano fue una iglesia y luego, durante el dominio otomano, fue convertida en mezquita. Hoy ya no se usa para celebraciones religiosas sino para conciertos por la buena acústica.
Además de ser un sitio turístico, Creta es también una ciudad universitaria que recibe a estudiantes de todo el mundo para estudiar Literatura en el mismo lugar en que nació.
La iglesia de Agios Tito, o San Tito, es la iglesia ortodoxa más añosa e importante de Creta. Si bien es del siglo XII, fue remodelada una y otra vez durante la conquista de distintos imperios. Allí los fieles encienden velas de cera de abeja –como todas en Grecia- y dejan tablas de oro y plata como ofrenda para pedir por sus deseos.
En el centro de la ciudad de Hania se encuentra la Iglesia Metropolitana, la catedral más importante de lugar. También se puede visitar la construcción más antigua de la isla de Creta: la Mezquita de la Costa.
El palacio del Minotauro
En el palacio de Knosos, que tiene 4 mil años de antigüedad, nació el mito del Minotauro. Allí hay un museo que es uno de los más importantes del mundo por la cantidad de antigüedades que resguarda: tiene 8 mil piezas que datan de hace miles de años. Durante la visita es posible admirar las primeras copas de vino y vasijas de la humanidad hasta joyas encontradas en tumbas próximas al palacio.
La mayoría de estas reliquias se conservan intactas a pesar de que tienen hasta 5 mil años de antigüedad. El palacio original medía 22 mil metros cuadrados y también albergó al primer teatro de la historia.
Spinalonga: la isla de los leprosos
Desde la ciudad de Plaka y en apenas 15 minutos de trayecto de costa a costa, se llega a la isla de Spinalonga. Su aspecto paradisíaco con aguas turquesas que no necesitan filtro nada tiene que ver con su pasado: sirvió de refugio en época de guerras y como confinamiento para los leprosos.
La historia cuenta que el general veneciano Luca Michiel decidió fortificar esta isla para defender a Creta de los enemigos y que desde 1903 gasta1957 albergó a los leprosos griegos.