El paraíso escondido que pocos argentinos conocen: playas turquesa y hospedajes desde 20 dólares. A solo unas horas de vuelo desde Buenos Aires, existe un destino que combina playas de arena blanca, mar turquesa y una atmósfera relajada que enamora a quienes lo descubren. Se trata de San Blas, un archipiélago ubicado en la costa caribeña de Panamá, formado por más de 350 islas, la mayoría deshabitadas, donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza domina la escena.
A diferencia de otros destinos del Caribe saturados por el turismo, San Blas mantiene su autenticidad gracias a que está administrado por la comunidad indígena Guna Yala, que protege su territorio y sus tradiciones. No hay grandes cadenas hoteleras ni resorts, sino cabañas rústicas frente al mar, algunas con energía solar y todas con vistas increíbles. Dormir en una isla privada puede costar desde 20 dólares por noche, incluyendo comidas típicas a base de pescado fresco, arroz con coco y frutas tropicales.

El paraíso escondido que pocos argentinos conocen: playas turquesa y hospedajes desde 20 dólares
El acceso a San Blas es una aventura en sí misma. Desde Ciudad de Panamá, se puede llegar en 4×4 hasta el puerto de Cartí, y desde allí, tomar una lancha que recorre las islas. El trayecto revela selvas exuberantes, playas vírgenes y aguas donde es posible ver peces de colores sin necesidad de bucear.
Entre las actividades más recomendadas se encuentran el snorkel, las caminatas por las islas y el contacto directo con los habitantes locales, que elaboran coloridas artesanías conocidas como “molas”. También se puede hacer island hopping —visitar varias islas en un solo día— o simplemente descansar bajo una palmera con un coco recién cortado.
San Blas no solo es un destino paradisíaco y accesible: es también una oportunidad para vivir el Caribe de manera sostenible, apoyando a comunidades locales y evitando el turismo masivo. Si buscás desconectarte de todo, dormir escuchando las olas y despertar frente a un mar que parece pintado, este rincón panameño podría ser tu próximo gran descubrimiento.