El otro Dubái: experiencias culturales más allá del lujo y los rascacielos Cuando se piensa en Dubái, es casi inevitable imaginar sus imponentes rascacielos, centros comerciales gigantescos y hoteles de lujo. Sin embargo, más allá del brillo y la ostentación, la ciudad ofrece una faceta profundamente cultural que sorprende a quienes buscan una experiencia más auténtica y humana.
El corazón histórico de Dubái late en Al Fahidi, uno de los barrios más antiguos del emirato. Sus estrechos callejones, construidos con piedra coralina y yeso, conservan el espíritu de la vida árabe antes del auge petrolero. Allí se puede visitar el Museo de Dubái, el Centro para el Entendimiento Cultural Sheikh Mohammed y pequeñas galerías donde artistas locales exponen obras inspiradas en la tradición beduina y el desierto.
Otra parada imperdible son los zocos, los mercados tradicionales donde el regateo sigue siendo parte del encanto. El Zoco del Oro, el Zoco de las Especias y el Zoco Textil ofrecen un viaje sensorial entre aromas, colores y sonidos que contrastan con la modernidad de los malls. Para cruzar de una orilla a otra del Creek, el canal que dio origen a la ciudad, se puede tomar un abra, una pequeña embarcación de madera que cuesta apenas un dirham y permite ver Dubái desde una perspectiva completamente distinta.

El otro Dubái: experiencias culturales más allá del lujo y los rascacielos
También vale la pena explorar Alserkal Avenue, el distrito artístico más importante de los Emiratos Árabes Unidos. En antiguas fábricas reconvertidas, se desarrollan exposiciones, ciclos de cine, ferias y talleres que reúnen a creadores de toda la región. Es el epicentro de un movimiento cultural contemporáneo que busca equilibrar tradición y modernidad.
Por último, el desierto, a solo media hora del centro, ofrece una oportunidad única para conectar con el paisaje original de Dubái. Los campamentos beduinos, las cenas bajo las estrellas y las historias contadas junto al fuego revelan un modo de vida que existía mucho antes de los rascacielos.
Viajar al “otro Dubái” es descubrir que, detrás del lujo y la tecnología, aún late una ciudad que honra sus raíces y su identidad árabe.






