Ubicada en Islandia, esta playa es un tesoro sin igual que enamora a los visitantes de todo el mundo.
Las playas del mundo ofrecen una diversidad asombrosa que va desde las arenas blancas y aguas cristalinas del Caribe, hasta las costas rocosas de Navagio Beach en Grecia. Sin importar el destino, cada playa tiene un carácter propio que refleja la belleza única de su entorno natural. Y la Diamond Beach, no escapa a dicha realidad.
Ubicada en la costa sureste de Islandia, esta playa debe su nombre a la sorprendente cantidad de fragmentos de hielo glaciar que se encuentran dispersos por su orilla, creando un espectáculo verdaderamente deslumbrante. Tanto es así que se convirtió en un tesoro natural que encanta a los visitantes de todo el mundo.
Un fenómeno que enamora
Cada fragmento de hielo, suavizado por el océano y pulido por la arena negra volcánica, brilla como un diamante bajo el sol. Este curioso contraste entre el hielo reluciente y la playa de arena negra hace que la Diamond Beach sea una experiencia única e inolvidable, donde la naturaleza revela su belleza más cautivadora.
Ahora bien, durante el invierno, los bloques de hielo que llegan a la orilla son mucho más grandes y no se suele conseguir ese efecto diamante. En cambio, durante los meses de primavera y verano, cuando las temperaturas son más templadas en la zona, sí se logra este curioso y atractivo efecto.
Los bloques de hielo viajan a través de la laguna Jökulsárlónhasta y acaban en el mar, que los empuja hacia la arena negra y los va puliendo y erosionando, dándoles multitud de formas de gran finura.
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Diamantes en la arena
Otra de las maravillas de esta playa es que el color de los hielos va cambiando según el momento del día en que los contemples. Durante el día, los tonos blancos y azules son los predominantes, mientras que al atardecer predominan los colores anaranjados y rosados.
Un dato a tener en cuenta: si en algún momento optas por visitar esta curiosa playa de Islandia, no dejes de tener cuidado cuando te acerques a la orilla. Sucede que las mareas en esta zona son totalmente imprevisibles y las rachas de viento suelen ser tan habituales como intensas. Además, como podrás imaginar, las aguas de esta zona están increíblemente frías.
En resumen, la Diamond Beach de Islandia es un tesoro incomparable que combina la majestuosidad de los glaciares con la belleza natural de la costa sur. Con sus fragmentos de hielo relucientes esparcidos por la playa de arena negra, ofrece una experiencia única que deja maravillado a todo aquel que la visita.