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Civita di Bagnoregio, el pueblo italiano condenado a muerte

Al borde de un precipicio, Civita di Bagnoregio enfrenta un futuro incierto debido a la erosión y la baja población. A pesar de su fragilidad, el encanto del lugar atrae a miles de visitantes cada año.

Civita di Bagnoregio, el pueblo italiano condenado a muerte

Civita di Bagnoregio, una pequeña joya medieval ubicada entre Roma y Florencia, en la región italiana del Lacio, está considerada una de las ciudades más bellas y frágiles de Europa. Fundada por los etruscos hace más de 2.500 años, este pueblo, conocido como “la ciudad que muere” (il paese che muore), se enfrenta a la amenaza constante de la erosión y los deslizamientos de tierra. Sus cimientos, una mezcla de arcilla y roca volcánica, la convierten en un lugar inestable y vulnerable a la actividad sísmica, lo que ha reducido su población a solo 10 residentes permanentes.

Un tesoro histórico en peligro

Civita di Bagnoregio uno de los pueblos más lindos del mundo

El principal desafío de Civita di Bagnoregio es su ubicación geológica. El pueblo se asienta sobre una colina que, con el paso del tiempo, ha ido sufriendo los estragos de la erosión. Sus cimientos, debilitados por el movimiento de la tierra, ponen en peligro no solo a la estructura del pueblo, sino también a la vida de sus escasos habitantes. Sin embargo, a pesar de estar destinada a desaparecer, Civita sigue atrayendo a viajeros fascinados por su belleza y su atmósfera de otro tiempo.

Para acceder a este idílico lugar, los visitantes deben cruzar un puente de 300 metros que conecta Civita con la localidad vecina de Bagnoregio. La entrada al pueblo tiene un costo de 5 euros, lo que contribuye al mantenimiento del sitio, y una vez dentro, los turistas pueden recorrer sus callejuelas empedradas, admirar las construcciones de piedra y disfrutar de sus vistas panorámicas.

Qué ver y hacer en Civita di Bagnoregio

Civita di Bagnoregio, el pueblo italiano condenado a muerte

A pesar de su pequeño tamaño, Civita di Bagnoregio cuenta con varios puntos de interés que la hacen una visita imprescindible. Entre los monumentos más destacados se encuentran la iglesia románica de San Donato, la Puerta de Santa María y los palacios renacentistas de los Colesanti, Bocca y de los Alemanni. Además, la capilla de la Virgen del Carcere, el Museo Geológico y la Casa Greco ofrecen un vistazo a la rica historia del pueblo.

La oferta gastronómica de Civita también es un atractivo para los visitantes. En sus restaurantes se pueden degustar platos típicos de la región, como la porchetta, el cordero, quesos artesanales y dulces hechos con castañas y miel. Además, los turistas pueden disfrutar de catas de vino y clases de pasta, una experiencia culinaria que complementa la magia del lugar.

Puerta de Santa María

Para quienes buscan actividades al aire libre, Civita ofrece oportunidades de trekking y paseos a caballo por sus alrededores. Aquellos que deseen extender su estancia pueden explorar otros destinos cercanos, como el Lago de Bolsena, el Parque de los Monstruos y la ciudad de Perugia, lo que hace de Civita un excelente punto de partida para descubrir más de la región.

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Un futuro incierto, pero con esperanza

A pesar de las amenazas que enfrenta, Civita di Bagnoregio ha experimentado un renacimiento en términos turísticos. En el año 2000, el pueblo recibía menos de 40.000 visitantes al año, pero en 2018 esa cifra superó las 700.000 visitas, gracias a la creciente promoción del sitio y los esfuerzos para preservarlo. Tanto el Ayuntamiento como organizaciones externas han lanzado iniciativas para asegurar que este enclave histórico siga existiendo en el futuro.

 

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